La secuenciación de la almendra revela cómo pasó de amarga a dulce


Un equipo de investigadores con miembros de España, Suiza, Dinamarca e Italia ha encontrado la diferencia genética entre las almendras amargas silvestres y la variedad dulce domesticada. 


por Bob Yirka, Science X Network, Phys.org


En su artículo publicado en la revista Science , el grupo describe cómo secuenciaron el genoma de la almendra y luego compararon secciones del mismo en variedades amargas y dulces hasta que encontraron la secuencia que era diferente.

Las almendras han tenido un lugar en la dieta humana durante miles de años, incluso antes de que fueran cultivadas y endulzadas. Los pasajes en la Biblia, por ejemplo, notan la amargura de la nuez. Sin embargo, al final, se hizo mención en los primeros escritos de los criadores griegos que insertaban trozos de pino en los troncos de los almendros, lo que daba como resultado frutas más dulces. Ahora se cree que al hacerlo estresó a los árboles, evitando que produzcan amigdalina, la toxina responsable del sabor amargo . En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron encontrar las diferencias genéticas entre las almendras amargas y las dulces.

El trabajo del equipo consistió en secuenciar el genoma de la almendra y luego estudiar las diferencias entre las variedades para determinar qué parte del genoma era responsable de producir la amigdalina. Al final resultó que, esto no fue una hazaña fácil. Los investigadores terminaron estudiando y comparando las diferentes variedades en el transcurso de dos años. Finalmente, encontraron lo que buscaban: una proteína llamada bHLH2. Encontraron que en los almendros silvestres, el bHLH2 se une a dos genes, instigando la producción de amigdalina. En las variedades domésticas dulces, hay una versión mutada de bHLH2 que no es capaz de unirse con los genes, por lo tanto, la producción de amigdalina no se produce.

Cultivar y vender almendras es un gran negocio: las estadísticas recientes muestran que solo California exportó aproximadamente 2,35 billones de libras de nueces el año pasado. Los investigadores creen que sus hallazgos ayudarán a los cultivadores de almendras a ser más eficientes. Actualmente, la naturaleza a veces interfiere con los esfuerzos de cultivo humano, permitiendo que algunos almendros crezcan con la versión salvaje de bHLH2, pero los agricultores no pueden identificarlos hasta que crecen para producir frutos. Ahora, se pueden probar tan pronto como broten para identificar aquellos que eventualmente producirán nueces amargas.