Mototractor, ingeniosa herramienta para pequeños agricultores


Las cerca de 15.000 motocicletas que permanecen en los patios de las autoridades de tránsito se podrían convertir en mototractores, una herramienta de trabajo útil para los pequeños agricultores colombianos y que les ahorraría tiempo en sus labores agrícolas, que con mucho esfuerzo deben realizar manualmente.



El estudiante Cristhian Perdigón, quien cursa último semestre de Ingeniería Agrícola en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, junto a otros estudiantes de otras facultades y docentes, idearon la reutilización y adaptación de motocicletas como fuentes de poder para suplir las necesidades específicas de los trabajadores del campo.

Esta iniciativa que hoy se presenta en Agroexpo –en Corferias– forma parte de las cinco finalistas en la competencia Titanes Caracol, por la categoría “Tecnología e innovación”.

“Somos tres locos que en 2018 decidimos unir nuestras diferentes pasiones por las motocicletas, las maquinarias y el campo, como forma de generar soluciones para el agro. De ahí surgió la idea de utilizar motocicletas como una fuente de potencia que se encuentra en todo el territorio nacional y que les permitiría a los pequeños agricultores tener una opción más asequible para trabajar”, comenta el estudiante Perdigón.

Actualmente los jóvenes estudiantes promueven el prototipo de mototractor número 16, una máquina capaz de adaptarse, por ejemplo, a las cantinas de leche o a las canastas de frutas y que se puede adaptar a cualquier motocicleta disponible.

“Una máquina parecida puede costar hoy en el mercado entre 15 y 35 millones de pesos, según la marca y de las utilidades que ofrezca la herramienta, un precio que sabemos que nuestros pequeños agricultores no pueden pagar. Sin embargo, calculamos que nuestra máquina tiene un costo en el mercado de 7 millones de pesos, que incluye no solo la entrega de la herramienta, sino también un servicio integral y personalizado al agricultor, entendiendo cada una de sus necesidades para que se adapte a ellas”.

Cristhian asegura que si les dieran solo el 1 % de las más de 15.000 motocicletas que hoy se están perdiendo en todo el país, con esta propuesta se podrían fortalecer las zonas veredales del territorio nacional, además de promover el ingenio colombiano.

“Mucha de la maquinaria que tenemos en el país es importada, y hoy, con el tema del nuevo coronavirus y los aranceles sale más costosa, y lo que nosotros buscamos es que el agricultor arme la maquinaria, la entienda y la trabaje mientras hacemos ese acompañamiento en todo el proceso”, subraya.

“No hay máquinas, pero sí ingenio”

Los estudiantes comenzaron hace cuatro años a tocar puertas en laboratorios y a gestionar materiales para ver su idea materializada. “Nos íbamos moviendo entre los grandes proyectos de la UNAL e íbamos reutilizando materiales que sobraban y acudimos a los Laboratorios de Física y de Diseño para que nos ayudaran a soldar y a enseñar cómo podíamos realizar nuestros mototractores”.

De manera simultánea nació la idea de crear el semillero de investigación de máquinas agrícolas que hoy cuenta con más de 47 miembros de la Facultad de Ingeniería de la UNAL, y se han ejecutado diferentes proyectos y máquinas enfocadas en el pequeño agricultor colombiano.

“Cuando en el país se habla de ingeniería agrícola sabemos que hablan de la UNAL, pues es la única que tiene el privilegio de formar en esa carrera, y como estudiantes de una universidad pública sentimos la responsabilidad social de devolverle algo importante al país”, expresa.

Con emoción, Cristhian agrega que aunque hace 10 años un ingeniero agrícola no trabajaba en temas de mecanización, hoy le están demostrando a las empresas que son capaces de hacerlo con gran ingenio.