Sin semillas transgénicas Bt, agricultores brasileños perderían 86 mil millones de reales en 10 años


La tecnología de resistencia a insectos mediante proteína Bt, insertada en las semillas transgénicas de algodón, maíz y soya por medio de la transgenia, si perdiera su eficiencia, puede hacer que los agricultores brasileños dejen de ganar $86 mil millones de reales en la próxima década.


Este beneficio adicional estaría compuesto por $70,5 mil millones de reales provenientes del aumento de productividad y $15,8 mil millones de reales debido a la caída en los costos de producción.

Estos datos provienen del estudio “Impactos económicos y socioambientales de la tecnología de plantas resistentes a insectos en Brasil: análisis histórico, perspectivas y desafíos futuros“, publicado el pasado 28 de enero. De acuerdo con este documento, desde 2005 hasta 2018, las semillas de algodón, maíz y soya transgénica resistentes a insectos, generaron un beneficio adicional de $21,5 mil millones de reales para los agricultores. El trabajo, conducido por el Consejo de Información sobre Biotecnología (CIB) en asociación con Agroconsult, evaluó cultivos de algodón, maíz y soya transgénica resistentes a insectos y las comparó con aquellas que no cuentan con la protección ofrecida por las variedades transgénicas.

Los resultados presentados por el estudio también muestran que entre 2005 y 2018, debido a la tecnología de resistencia a insectos (también conocida como Bt), se produjeron 55,4 millones de toneladas más de algodón, soya y maíz. Esta producción extra podrá sumarse a otros 107,1 millones de toneladas de granos y fibras en la próxima década.

Las semillas Bt también contribuyen a la preservación del medio ambiente

Además, el medio ambiente también se beneficia. Por la protección adicional que las semillas transgénicas ofrecen, fue posible una optimización en el uso de insumos. Desde 2005 hasta 2018, el cultivo de plantas transgénicas Bt contribuyó a reducir en 122 mil toneladas el volumen de insecticidas aplicados en el campo, o prácticamente 50 mil toneladas de ingrediente activo. Junto a este ahorro de insumos se necesitó menos maquinaria y no se utilizaron 144 millones de litros de combustible, o el equivalente a la retirada de 96 millones de vehículos de las calles por un año. Para la próxima década, esta contribución sostenible podría ser aún mayor, ya que la previsión es que se ahorran más 294 millones de toneladas de insecticidas.

Beneficios en el campo, la balanza comercial y la economía

Las ventajas de la tecnología Bt no se restringen al campo. La economía brasileña también fue favorecida por la adopción de cultivos transgénicos resistentes a insectos. En el período de 2005 a 2018, hubo aumento de $2,8 mil millones de reales en el Producto Interno Bruto (PIB) del país, $45,3 mil millones de reales en riquezas fueron generados y $2,2 mil millones de reales fueron pagados en salarios. Estas cifras, hasta 2028, serán de $4,6 mil millones de reales de incremento en el PIB, $128,4 millones de reales en riquezas generadas y $6,6 mil millones de reales pagados en salarios. Según la directora ejecutiva del Consejo de Información sobre Biotecnología (CIB), Adriana Brondani, Brasil es uno de los países más beneficiados por las semillas transgénicas resistentes a los insectos. “Producir granos y fibras en clima tropical es una tarea difícil ya que hay insectos en abundancia; es precisamente por eso que la tecnología Bt dio tanto resultado en nuestro país.

El material muestra, además, que la adopción de la tecnología Bt impacta en los costos de la actividad y en la productividad. Es posible observar, por ejemplo, que, al pasar del sistema convencional al de plantas resistentes a insectos (RI), el valor gastado con insecticidas cae de forma expresiva en todos los cultivos analizados, especialmente en el cultivo del maíz verano, en el cual el ahorro es de hasta $210 reales por hectárea, una reducción de hasta 61,1%.

El estudio indica también que los beneficios citados llegan a la esfera social, con la generación de más de 49 mil puestos de trabajo en los diversos sectores de la economía durante el período analizado. También se observaron niveles más elevados y una más rápida evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en los municipios relevantes para la producción de soya, maíz y algodón.

“Es posible identificar así el carácter estratégico de la tecnología Bt para el desarrollo de la actividad agrícola en Brasil, influenciando directamente la calidad de vida y la renta de la población. En consecuencia, es de extrema importancia que toda la cadena productiva preserve la eficiencia de las semillas [transgénicas] resistentes a insectos porque, de lo contrario, esos beneficios estarán en riesgo”, advierte Adriana Brondani, directora ejecutiva del CIB.

Para cuantificar los impactos de las plantas Bt, Agroconsult comparó, año a año, cultivos transgénicos con esa tecnología, con aquellas que utilizaban semillas convencionales. Para construir y alimentar esa base de datos, con el objetivo de reflejar de manera fidedigna la realidad del campo, fueron consultados cerca de 18.000 productores en eventos del Rally de la Safra. Además, el Índice de Confianza del Agronegocio (ICAgro) de la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo y de la Organización de las Cooperativas Brasileñas (FIESP / OCB) y el acompañamiento periódico de cosecha también sirvieron de base para las conclusiones del trabajo. El primero de esos levantamientos de información entrevista a 645 productores trimestralmente desde 2013 y el segundo hasta 70 consultores y agricultores por quincena.