Nuevas películas de acolchado biodegradables prometen controlar plagas sin contaminar los suelos

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Innovación agrícola para reducir microplásticos y reemplazar insumos químicos


Redacción Mundo Agropecuario

Las películas plásticas de acolchado —utilizadas por pequeños horticultores y grandes productores para proteger el suelo, conservar humedad y favorecer el crecimiento de los cultivos— son herramientas ampliamente difundidas en la agricultura moderna. Sin embargo, su uso masivo ha generado un problema ambiental creciente: la acumulación de microplásticos en los suelos. Como advierte Phys.org, estos materiales convencionales no se degradan por completo y, además, no ofrecen ninguna capacidad repelente de insectos, lo que obliga al uso complementario de pesticidas.

Una nueva investigación propone una alternativa radicalmente distinta: películas de acolchado completamente biodegradables con capacidad para liberar compuestos naturales repelentes de plagas, reduciendo al mismo tiempo la contaminación plástica y la dependencia de químicos de síntesis. Esta innovación representa un avance significativo para sistemas agrícolas sostenibles y productores que buscan equilibrar productividad con salud ambiental.

El problema de las películas plásticas tradicionales

Las películas de polietileno se han convertido en una práctica estándar en horticultura, fruticultura y producción intensiva. Ayudan a estabilizar la temperatura del suelo, reducen la evaporación del agua y limitan el crecimiento de malezas, pero su impacto ambiental es severo.

Con el tiempo, estas películas:

  • se fragmentan en pequeñas partículas,
  • permanecen en el suelo durante años,
  • afectan la microfauna y la estructura del suelo,
  • pueden introducir sustancias químicas no deseadas,
  • y terminan en cursos de agua como microplásticos persistentes.

Los agricultores deben retirarlas manualmente o mediante maquinaria, un proceso costoso y nunca totalmente eficaz. Incluso después de la recolección, fragmentos imperceptibles permanecen en el campo, acumulándose año tras año.

La investigación presentada por Phys.org subraya que estos materiales no ofrecen defensa alguna contra insectos, obligando a incorporar tratamientos adicionales para proteger las plántulas.

Una solución biodegradable con repelencia integrada

Los científicos han desarrollado una película de acolchado basada en biopolímeros que sí puede degradarse completamente. El material incorpora compuestos naturales derivados de plantas aromáticas, capaces de repeler insectos de manera gradual mientras la película se descompone de forma segura.

Este enfoque integra dos funciones clave:

  • reducción total del impacto plástico,
  • protección de las plántulas contra insectos sin pesticidas sintéticos.

La biodegradación ocurre mediante procesos naturales del suelo, lo que significa que no deja residuos tóxicos ni microplásticos. Además, el material puede adaptarse a diferentes cultivos y condiciones climáticas, manteniendo las ventajas agronómicas del acolchado tradicional.

Tecnología verde para agricultores y jardineros por igual

La innovación no está diseñada solo para grandes sistemas productivos: también puede implementarse en huertos domésticos o agricultura periurbana. El objetivo es democratizar el acceso a materiales sostenibles que protejan tanto al cultivo como al ambiente.

Entre los beneficios observados se destacan:

  • desarrollo más vigoroso de las plántulas,
  • reducción de daños causados por insectos,
  • menor necesidad de aplicaciones químicas,
  • descomposición completa al final del ciclo,
  • mejora de la estructura del suelo gracias a biopolímeros compatibles con la microbiota.

Su uso podría reemplazar gradualmente al polietileno convencional, ofreciendo una solución económica a largo plazo para agricultores que desean reducir costos de retiro de plásticos y evitar sanciones ambientales.

Impacto ambiental y agronómico de las nuevas películas biodegradables

El cambio hacia materiales que desaparecen naturalmente tiene un impacto ambiental directo. Al evitar los residuos plásticos, se mejora la salud del suelo, se disminuye la contaminación de ríos y arroyos, y se protege la biodiversidad edáfica.

Además, la capacidad repelente reduce la dependencia de insecticidas, lo que:

  • disminuye riesgos para polinizadores,
  • baja la presión química sobre el ambiente,
  • beneficia a consumidores y productores,
  • y contribuye a sistemas agrícolas más sostenibles.

Esta doble función convierte a las películas biodegradables en una herramienta estratégica para enfrentar dos problemas globales: el exceso de plásticos y el uso intensivo de pesticidas.

Una nueva generación de acolchados para una agricultura más sostenible

El estudio presentado señala que este tipo de tecnología podría estar disponible comercialmente en los próximos años, impulsando una transición hacia prácticas agrícolas más limpias. En un momento en que la regulación sobre plásticos y pesticidas se vuelve más estricta, el desarrollo de materiales biodegradables con funciones adicionales puede ofrecer una salida viable tanto para grandes explotaciones como para productores familiares.

La adopción masiva dependerá del costo final y de la capacidad para producir estas películas a escala industrial, pero el camino está trazado: el futuro del acolchado agrícola será más biodegradable, funcional y compatible con los ecosistemas.

Referencias

https://phys.org/news/2025-11-biodegradable-mulching-pesticides-plastics.html