Científicos mexicanos piden regular la edición genética en agricultura para impulsar la innovación y la competitividad

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Un grupo de investigadores reclama al Gobierno de México una legislación diferenciada de los transgénicos, que permita aplicar herramientas como CRISPR en el mejoramiento de cultivos


Redacción Mundo Agropecuario BET

Un grupo de 28 investigadores e investigadoras de diversas instituciones mexicanas ha solicitado al Gobierno de México que establezca una regulación específica para la edición genética aplicada a la agricultura, con el fin de permitir el uso de herramientas biotecnológicas como CRISPR-Cas9 en el mejoramiento de cultivos.

El pronunciamiento, divulgado por la Fundación Antama, advierte que México se está quedando rezagado en comparación con otros países de América Latina que ya han avanzado en la regulación de nuevas técnicas genómicas (NGT, por sus siglas en inglés). Actualmente, México figura junto con Bolivia, Venezuela y Perú entre las pocas naciones de la región que aún no cuentan con un marco legal diferenciado para la edición genética.

Edición genética no es lo mismo que transgénesis

Los científicos subrayan que la edición genética difiere de los organismos transgénicos (OGM) tradicionales, ya que no implica necesariamente la incorporación de genes de otras especies. En cambio, tecnologías como CRISPR-Cas9 actúan como “tijeras moleculares” que permiten modificar de manera precisa y dirigida el ADN de un organismo, aprovechando su propio material genético.

“Lo que pedimos es una regulación moderna que distinga claramente entre la transgénesis y la edición genética, como ya sucede en la mayoría de los países latinoamericanos”, señala el documento firmado por los especialistas.

El contexto regional

Países como Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Colombia adoptaron hace años normativas que permiten el uso agrícola de plantas editadas genéticamente, siempre que no contengan ADN externo. Argentina fue pionera en 2015, seguida por Chile en 2017, abriendo la puerta a una nueva generación de cultivos más resistentes, sostenibles y adaptados al cambio climático.

En contraste, México —a pesar de su fuerte tradición científica en biotecnología agrícola— mantiene un vacío legal que, según los investigadores, obstaculiza la innovación y limita la competitividad del país en el sector agroalimentario.

Un llamado a la ciencia y la soberanía tecnológica

Los firmantes del pronunciamiento destacan que regular la edición genética no significa desregular la bioseguridad, sino al contrario: establecer un marco claro, transparente y basado en evidencia científica. Esto permitiría evaluar los riesgos caso por caso y dar certidumbre a los desarrolladores, productores y consumidores.

Asimismo, argumentan que la falta de regulación impide a México aprovechar su propio potencial científico y agrícola, especialmente en cultivos estratégicos como el maíz, el frijol y el chile, que podrían beneficiarse de mejoras en resistencia a sequía, plagas y enfermedades.

“El país necesita avanzar hacia una soberanía tecnológica agrícola, donde la ciencia mexicana contribuya a resolver sus propios desafíos productivos”, señalan los investigadores en su comunicado.

Beneficios potenciales de la edición genética

La adopción de herramientas de edición genética podría permitir a México:

  • Desarrollar cultivos más adaptados al cambio climático.
  • Reducir el uso de agroquímicos y fertilizantes.
  • Incrementar la productividad sin afectar la biodiversidad local.
  • Potenciar la investigación pública y la transferencia tecnológica.

Además, al contar con un marco regulatorio actualizado, México podría integrarse plenamente en los mercados internacionales de biotecnología agrícola, generando empleo y valor añadido en el sector agroalimentario.

Una oportunidad para modernizar la política agrícola

Los expertos destacan que la edición genética representa una herramienta clave para la seguridad alimentaria, especialmente ante los efectos del cambio climático y la presión sobre los recursos naturales. Sin embargo, sin una legislación clara, los avances científicos corren el riesgo de quedar fuera del alcance de los productores nacionales.

La petición, publicada en la plataforma Change.org, busca impulsar un debate público informado que conduzca a una política de innovación responsable, donde la ciencia, la ética y la sostenibilidad caminen de la mano.

Concluyen que el momento actual es decisivo para cerrar la brecha regulatoria y permitir que México se sume a la nueva revolución biotecnológica que ya transforma la agricultura mundial.


Referencias
Artículo basado en el artículo publicado por Fundación Antama (España).