Un ambicioso proyecto de mejoramiento busca variedades más productivas, resistentes y adaptadas al clima canadiense
Redacción Mundo Agropecuario
En Canadá avanza un proyecto de mejoramiento genético que podría redefinir la competencia entre la soja convencional y las variedades transgénicas. La iniciativa, presentada por AgroXXI, reúne a instituciones científicas y a la industria para desarrollar nuevas líneas de soja de alto rendimiento, capaces de igualar o incluso superar el desempeño de los cultivos modificados genéticamente. Este esfuerzo, que combina técnicas modernas de fitomejoramiento, análisis molecular y selección acelerada, responde a un objetivo estratégico: crear una soja más estable, nutritiva, resistente al estrés y apta para las regiones frías del país.
La apuesta no es menor, considerando que Canadá es un productor relevante de soja en Norteamérica y que enfrenta crecientes desafíos climáticos. En este escenario, lograr variedades más adaptadas podría fortalecer la competitividad agrícola y abrir nuevas oportunidades de exportación en mercados interesados en productos no transgénicos.
Un objetivo claro: rendimiento superior sin modificación genética
Según destaca el informe consultado, el proyecto parte de una premisa central: los avances en genética vegetal permiten hoy desarrollar cultivos convencionales con rendimientos equiparables o superiores a los obtenidos mediante transgénesis. El trabajo se realiza bajo esquemas de selección intensiva, cruzamientos dirigidos y análisis de rasgos complejos relacionados con productividad, contenido proteico y tolerancia a factores ambientales adversos.
El interés internacional por la soja convencional ha crecido en los últimos años debido a la demanda de consumidores, industrias alimentarias y mercados que prefieren productos sin manipulación genética directa. Esto genera un incentivo comercial para que países como Canadá inviertan en mejorar la oferta de granos certificados como no transgénicos.
Pero el fundamento científico es aún más importante: la genética cuantitativa permite perfeccionar características que dependen de múltiples genes, algo que incluso la biotecnología molecular no siempre logra resolver con facilidad.
Adaptación al clima frío: un desafío canadiense de larga data
Uno de los pilares del proyecto es mejorar la tolerancia de la soja al clima frío, una limitante histórica para las zonas agrícolas del país. Las bajas temperaturas reducen la velocidad de germinación, ralentizan el crecimiento inicial y afectan la floración. Por ello, los investigadores trabajan en líneas que:
- resistan las heladas tardías,
- mantengan un metabolismo activo en primaveras frías,
- completen su ciclo antes de las primeras heladas de otoño,
- optimicen la acumulación de biomasa en fotoperíodos variables.
El esfuerzo se concentra en combinar genéticas de diferentes regiones y especies relacionadas, aplicando tecnologías de mapeo genético para identificar marcadores útiles. Esto permite acelerar el proceso de selección y mejorar la precisión del fitomejoramiento.
La calidad del grano, un factor estratégico para la industria
El proyecto también toma en cuenta la calidad nutricional, en especial el contenido proteico y la composición de los aceites, dos factores esenciales para el mercado canadiense y global. La industria alimentaria prefiere granos con alto nivel de proteína, mientras que el sector oleaginoso busca perfiles lipídicos estables que aporten valor agregado.
La soja no transgénica suele mantener una posición destacada en segmentos de alto valor como:
- productos orgánicos,
- tofu y alimentos tradicionales asiáticos,
- ingredientes premium para la industria alimentaria,
- mercados sensibles a la trazabilidad.
Canadá, al fortalecer su oferta de variedades mejoradas convencionalmente, apunta a consolidar su presencia en estos nichos.
Competencia con las variedades transgénicas: una carrera tecnológica distinta
Mientras la soja transgénica domina grandes extensiones agrícolas en América, su fortaleza se basa principalmente en rasgos como la resistencia a herbicidas y algunas plagas. Sin embargo, la productividad final depende en gran medida de características complejas que no siempre están asociadas a la ingeniería genética.
El nuevo programa canadiense se enfoca precisamente en esas características multigénicas, donde la selección convencional avanzada sigue siendo una herramienta más eficaz. Según investigadores citados por AgroXXI, el objetivo no es sustituir a la soja transgénica en todos los mercados, sino ofrecer una alternativa competitiva que satisfaga demandas específicas y reduzca la dependencia tecnológica.
Además, el mejoramiento convencional tiene ventajas adicionales:
- evita las regulaciones estrictas asociadas a los OGM,
- facilita la aceptación en mercados internacionales,
- reduce costos de certificación y manejo,
- se integra mejor en sistemas agrícolas de bajo insumo.
Una apuesta estratégica con impacto global
El proyecto canadiense no solo busca mejorar su propia producción; también podría influir en otros países con climas fríos o templados donde la soja transgénica no ofrece ventajas claras. Si las nuevas variedades logran altos rendimientos y una calidad superior, podrían convertirse en una referencia internacional en mercados de soja premium, especialmente en Asia y Europa.
Para Canadá, representa una oportunidad de posicionarse como líder en fitomejoramiento no transgénico, diversificar su agricultura y responder a un consumidor global cada vez más exigente en cuanto a origen, trazabilidad y sostenibilidad.
Referencias
- AgroXXI. “И обычная соя превзойдет ГМО: в Канаде стартовал амбициозный селекционный проект”.
- Referencias internas y menciones científicas incluidas en el artículo original de AgroXXI.










