¿Sabías que todo el algodón que se siembra en Argentina es transgénico? Tiene dos características que lo diferencian del algodón convencional y su excelente desempeño en el campo explica por qué ha sido adoptado rápidamente en nuestro país.
Informate en este artículo sobre cuáles son las características y los beneficios que nos brinda la siembra de algodón GM.
La biotecnología moderna es un instrumento muy útil para mejorar los cultivos, particularmente en el caso del algodón donde las pérdidas por insectos y malezas son altamente significativas y afectan a toda la cadena. ¿Cómo nos vestiríamos y abrigaríamos sin algodón?
En Argentina tenemos algodón resistente a insectos (Bt), algodón tolerante a herbicida y algodón con ambas características combinadas (resistencia a insectos y tolerancia a glifosato), una combinación de rasgos por cruzamiento. De hecho, la gran mayoría del algodón sembrado combina las dos características.
ESCAPANDO DE LA ORUGA
La resistencia a insectos resulta de la incorporación de genes Cry, originarios de la bacteria Bacillus thuringiensis al genoma del algodón (de allí las letras Bt). Así, el algodón Bt que se cultiva en la Argentina tiene el gen que codifica para la proteína Cry1Ac que lo hace resistente al ataque de insectos (lepidópteros) y, en particular, a la oruga del capullo, la oruga de la hoja del algodonero y la lagarta rosada, plagas que atacan a la planta de algodón. La primera variedad de algodón Bt en el país se comercializó en 1998 y, desde aquel momento, los principales beneficios de su adopción fueron el aumento en los rendimientos debido al control de insectos, la reducción de los costos y la el positivo impacto ambiental y para la salud de los trabajadores, debido a la reducción de las aplicaciones de insecticidas.
QUE LAS MALEZAS NO INVADAN
Además del ataque de insectos, las malezas constituyen una severa limitante para la producción de algodón en el mundo. El cultivo compite desfavorablemente, principalmente en los estados iniciales de crecimiento, y debe ser protegido de la invasión de malezas agresivas. Los métodos actuales de manejo de malezas combinan prácticas culturales y mecánicas con la aplicación de herbicidas de amplio espectro y residuales para contrarrestar el efecto de competencia.
El algodón tolerante al herbicida glifosato se obtuvo al insertarle a la planta un gen extraído de la bacteria de suelo Agrobacterium tumefaciens. Este gen codifica para la síntesis de una enzima que no es afectada por el herbicida. Por lo tanto, al expresar este gen bacteriano, la planta de algodón resulta tolerante al glifosato y sobrevive a su aplicación, mientras que las malezas que no tienen el gen que confiere tolerancia al glifosato, se mueren.
BUSCANDO LA SUSTENTABILIDAD
La utilización de algodón transgénico permite sumar al glifosato como una herramienta clave en el manejo de malezas, remplazando a otros herbicidas no tan eficaces. El glifosato se destaca por su amplio espectro de control, es decir que controla un gran número de especies de malezas, no tiene actividad residual (lo que evita efectos residuales que puedan afectar a otros cultivos de la rotación) y es amigable con el ambiente. De hecho, la mayoría de los herbicidas a base de glifosato, debido a su baja toxicidad, han sido clasificados en el grupo de fitosanitarios que “normalmente no ofrecen peligro”, es decir dentro de la clase IV o “banda verde”.
Por otro lado, el hecho de que el algodón también sea resistente a insectos contribuye, como mencionamos anteriormente, a reducir el número de aplicaciones de insecticidas necesarias para proteger al cultivo y mantener la calidad de las fibras producidas. Esto no solo es bueno para el ambiente, sino también para los trabajadores que están menos expuestos a los insecticidas.
Abrí tu placard y pensá cuánta biotecnología agrícola hay en tus prendas.
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