Científicos brasileños desactivan factores antinutricionales en la soya y eluden la etiqueta de OGM


El objetivo de los investigadores era crear una variedad de soja de alto rendimiento que no requiera un tratamiento térmico posterior del grano. Ahora la nueva variedad se está preparando para su comercialización.


La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) en reunión extraordinaria del 1 de septiembre consideró que la edición del genoma de la soja, realizada por Embrapa con tecnología CRISPR, para desactivar algunos factores antinutricionales, conduce a la soja convencional, por lo que no se considera la variedad no transgénicos, revistacultivar informes.com.br.

El dictamen emitido por CTNBio se basa en una resolución reglamentaria de que si una planta editada no tiene ADN de otra especie, se clasifica como producto no transgénico.

“Esta aprobación de CTNBio es un gran logro porque al considerar esta soja como no transgénica, no tenemos que pasar por el complicado proceso de desregulación comercial de un producto transgénico. Así, la liberación comercial es más rápida, lo que reduce costos y facilita la entrada en el mercado de productos con bioseguridad garantizada”, destaca Alexander Nepomucheno, director general de Embrapa Soja.

En los Laboratorios Embrapa Soja, los científicos utilizaron la edición genética de precisión CRISPR (repeticiones palindrómicas cortas agrupadas regularmente espaciadas) para desactivar el factor antinutricional lectina en el ADN de la soja de alto rendimiento.

“Con este cambio preciso y preciso en el ADN de la soja, pudimos imitar algunos de los procesos que existen en la naturaleza, pero con el mejoramiento clásico, llevan mucho tiempo. Si utilizo el mejoramiento clásico, tomaría de 10 a 12 años introducir el mismo rasgo en una variedad productiva. Con la ayuda de la técnica CRISPR, todo se hizo en 6 meses, y después de confirmar el fenotipo (presencia de rasgos), la variedad editada está lista para el registro y la comercialización”, dijo el director general de Embrapa Soja.

Algunos de los factores antinutricionales de la soja, que se comercializa a nivel mundial como un componente proteico en la alimentación animal e incluso en la alimentación humana, dificultan la digestión y la absorción de los nutrientes. En la ganadería, esto afecta particularmente a los animales monogástricos como los cerdos y las gallinas.

“Como resultado, el uso de la soja depende del tratamiento térmico, que inactiva esos factores antinutricionales pero aumenta los costos de producción”, explica una de las coordinadoras de la investigación, la investigadora Lillian Henning de Embrapa Soja. «Esperamos que estas plantas diseñadas aseguren la calidad nutricional de la soya y reduzcan potencialmente el costo de comercializarlas como alimento para animales».

La opinión de CTNBio sobre la nueva variedad de soja es especialmente importante, dice Nepomuceno, ya que aumenta la probabilidad de que instituciones públicas de investigación o incluso pequeñas y medianas empresas desarrollen soluciones similares basadas en biotecnología, impulsando la innovación en el mercado.

Él enfatiza que la edición de genes a menudo imita procesos naturales o prácticas ya establecidas, como la reproducción clásica, y los reguladores consideran cada vez más que los organismos editados por genoma son algo común. “Esta percepción permite democratizar el uso de la biotecnología en la agricultura, permitiendo que más empresas participen y ofrezcan soluciones y agreguen valor a los agronegocios”, concluyó.

El equipo de Embrapa Soja recuerda que la edición del genoma de soja CRISPR ya se utilizó en la institución para crear plantas que desactivan otros factores antinutricionales (como los inhibidores de tripsina), mejorar la calidad del aceite y activar genes nativos de soja involucrados en la mejora de la tolerancia a la sequía. .

(Fuente: revistacultivar.com.br. Foto de fuentes públicas).