Los consumidores quieren que las frutillas (o fresas) sean rojas, dulces, maduras y jugosas, como las que se toman de un jardín. Los proveedores quieren que sean fáciles de manejar y enviar, sin ser aplastadas. Mientras que los agricultores necesitan que sus cultivos sean de alto rendimiento y resistentes a las enfermedades.
Un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de California, Davis y la Universidad del Estado de Michigan en Estados Unidos ha dado un paso que podría permitir a los mejoradores desarrollar y cultivar una frutilla para satisfacer todas esas necesidades. Han secuenciado y analizado el genoma de la frutilla cultivada, el cual proporcionará una hoja de ruta genética para ayudar a seleccionar con mayor precisión las características deseadas. El estudio fue publicado el pasado 25 de febrero en la revista Nature Genetics.
«Sin el genoma estábamos volando a ciegas», dijo Steven Knapp, profesor de ciencias vegetales y director del Programa de Mejoramiento de Frutillas de UC Davis. «Era como tener una biblioteca de libros, pero todas las páginas de los libros estaban en blanco».
Proteger las frutillas contra enfermedades
Los Estados Unidos son el mayor productor mundial de frutillas, y casi el 90% de ellas se cultivan en los climas frescos y costeros de California. Los productores luchan constantemente para combatir enfermedades como el marchitamiento por Fusarium, el marchitamiento por Verticillium y la macrofomina sin tener que usar pesticidas. El genoma ensamblado permitirá a los científicos identificar genes específicos que pueden proteger a la planta contra enfermedades. Las frutillas también pueden tener enfermedades que pueden involucrar varios genes diferentes, similares a las enfermedades complejas en los humanos. La secuenciación del genoma ayudará a desentrañar esa complejidad.
«La secuencia del genoma es poderosa porque proporciona a los científicos códigos de barras para casi todos los genes de la frutilla. Podemos usar esa información para identificar genes que desempeñan un papel importante en características de importancia agrícola», dijo Knapp.
De manera similar, los científicos también pueden encontrar genes en la frutilla que conducen a un mayor sabor o aroma para el consumidor, al tiempo que mantienen la firmeza y la vida útil de los productores.
Orígenes de la frutilla
Patrick Edger, coautor de la Universidad Estatal de Michigan, y su equipo también descifran la compleja historia evolutiva de la frutilla cultivada. Mientras que los humanos son especies diploides, lo que significa que cada célula contiene dos juegos completos de cromosomas (uno de cada padre), la frutilla cultivada es un octoploide; en otras palabras, cada célula en una planta de frutilla contiene ocho juegos completos de cromosomas, por lo que desenredar su evolución es una hazaña.
«La frutilla tiene una rica historia que se extiende por todo el mundo, y finalmente culmina en la fruta que disfrutamos hoy», dijo Edger.
Como dato curioso: la actual frutilla popular de color rojo, de nombre científico Fragaria × ananassa, es un cruce realizado en Francia hacia fines del siglo XVIII, entre una frutilla estadounidense pequeña y roja (Fragaria virginiana) y una chilena grande y de color blanca (Fragaria chiloensis).
- Fuente: https://www.plantsciences.ucdavis.edu/news/breeding-better-strawberry-scientists-uncover-genetic-roadmap-cultivated-strawberry
- Estudio: https://www.nature.com/articles/s41588-019-0356-4
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