A fin de ofrecer una alternativa al uso a los plásticos sintéticos, y con ello disminuir el daño que provocan a la salud humana como al medio ambiente, investigadoras de la Universidad de Guadalajara crearon una película biodegradable a partir de almidón de maíz y cartón de embalaje reciclado.
La estudiante Magdalena González Pérez y la académica María Guadalupe Lomelí Ramírez, ambas adscritas al Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), modificaron la química del almidón de maíz con el objetivo de mejorar sus propiedades de resistencia y absorción de humedad.
Para ello, y con el fin de reducir la cantidad de contaminantes en el proceso, lo mezclaron con químicos de grado alimenticio, es decir, solubles en agua y que no emplean solventes tóxicos.
A partir de la combinación de la fécula de maíz y el agua, sometidos a temperatura y agitación constantes, obtuvieron un gel, al que adicionaron un plastificante para lograr una película flexible, señala González Pérez, quien cursa la maestría en Ciencia de Productos Forestales del CUCEI.
Una película de almidón de maíz sin refuerzo tiene aproximadamente cinco megapascales, medida de resistencia a la tensión, y al incorporar el refuerzo plastificante se eleva hasta 14 aproximadamente. Un plástico sintético convencional posee de 10 a 25 megapascales de resistencia.
Como parte de las pruebas realizadas al biopolímero, las investigadoras comprobaron que si se la adiciona fibra caña de azúcar, bagazo de agave y paja de los rastrojos la absorción de humedad disminuye y no pierde sus propiedades biodegradables.
El material puede ser usado para empaques o recubrimientos de alimentos secos, entre otros usos. Aún se requieren estudios para definir la manera cómo se va escalar de producción de laboratorio a la industria.
La doctora en ingeniería forestal Lomelí Ramírez reconoce que el biopolímero tiene como ventaja su vida corta y que es biodegradable, y que trabajan en las mejoras en cuanto a resistencia y absorción de agua. (Agencia ID)
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