Un grupo de estudiantes de secundaria han puesto el foco sobre una duda importante en el avance de las nuevas técnicas de edición genética planteándose si pueden ser usadas en el espacio en condiciones de microgravedad.
Esta idea nació en un grupo de estudiantes de secundaria en Minnesota (Estados Unidos) que querían investigar cómo funciona la reparación de genes en el espacio, donde hay radiación cósmica que puede afectar el ADN.
Estos estudiantes trabajaban con Genes in Space, una organización que envía experimentos genéticos a la Estación Espacial Internacional. Un punto de partida que se formalizó en una investigación cuyos resultados han sido publicados en Plos One. El experimento se realizó en 2019. Los astronautas Christina Koch, Nick Hague y David Saint-Jacques utilizaron CRISPR para alterar el genoma de las células de levadura en microgravedad. Se trata del primer intento de trabajar sobre el ADN fuera de la Tierra, se realizó con éxito y allana el terreno para futuras investigaciones.
Realizar este experimento resultó difícil. “No se puede enviar una [máquina] de radiación de alta energía a la estación espacial”, explica Emily Gleason, bióloga de Genes in Space y coautora del estudio. Pero CRISPR, tecnología que corta el ADN, crea su propio tipo de edición genética. Después de dirigir el editor de genes a una sección precisa del genoma de la célula de levadura y observar las reparaciones genéticas, los estudiantes informaron de que CRISPR funciona bien en microgravedad.
Este resultado abre la puerta a futuros trabajos de edición de genes en el espacio exterior, que algún día podrían ser útiles para largas misiones a Marte y más allá. “La capacidad de editar celdas a voluntad en el espacio es realmente útil en misiones de mayor duración”, dice Gleason.
FUENTE: Plos One y Discover Magazine.