Las provitaminas son sustancias orgánicas inactivas. Necesitan ser transformadas químicamente por el cuerpo para activarse, convirtiéndose en vitaminas aprovechables.
Científicos del Centro John Innes (JIC) han utilizado CRISPR-Cas9 para cerrar una molécula en las plantas de tomate y aumentar la concentración de provitamina D3 en las frutas y las hojas. El estudio, publicado en Nature Plants, brinda una solución simple al creciente número de personas que sufren insuficiencia de vitamina D en todo el mundo.
La vitamina D se produce naturalmente en el cuerpo humano después de que la piel se expone a la luz del sol, por lo que se la conoce como la vitamina del sol. Sin embargo, la principal fuente de precursores de vitamina D son los alimentos. La insuficiencia de vitamina D se ha relacionado con una mayor gravedad de la infección por COVID-19, un mayor riesgo de cáncer, demencia y otras enfermedades. Por todo ello, los investigadores del JIC se han propuesto aumentar la provitamina D3 en las plantas de tomate para producir suplementos vitamínicos a base de plantas o fortificación de alimentos.
Usando CRISPR-Cas9, el equipo de investigación apagó la enzima Sl7-DR2 para permitir la acumulación de provitamina D3 7-dehidrocolesterol (7DHC). Esto condujo a un aumento sustancial de provitamina D3 en las hojas y frutos de las plantas editadas. Las plantas editadas se expusieron a la luz del sol y el 7DHC se convirtió con éxito en vitamina D. Secar al sol los tomates editados podría aumentar aún más la cantidad de vitamina D.
FUENTE: comunicado de prensa de JIC.