El perro pastor robot que no gusta a los pastores



La empresa de automatización neozelandesa Rocos ha presentado su perro robot pastor, basado en el modelo de Boston Dynamics. Pero tiene un problema: no gusta a los pastores…


La profesión de pastor es una de las más ancestrales que existen, y apenas ha variado en miles de años. Su relación con los perros es igual de profunda. De hecho, los perros se domesticaron hace milenios precisamente para ayudar en las labores de protección y cuidado del ganado. Rocos ha presentado la visión de un perro pastor robot conduciendo las ovejas. Una idea que los pastores profesionales creen que es “ciencia-ficción”, y resulta imposible por la especial relación entre el pastor, su perro y las ovejas.

Rocos es una compañía neozelandesa especilizada en automatización de robots. Dispone una plataforma de software en la nube para programar el control automático de robots, en entornos concretos. En otras palabras, programa cualquier robot para que se adapte a las necesidades de una empresa o profesión.

Como ejemplo, ha publicado este vídeo en donde convierte al robot Spot de Boston Dynamics es un perro robot de campo, capaz de cuidar a las ovejas, vigilar los cultivos y pasear por terreno agreste. Puedes verlo en este vídeo:

No es que Rosco esté vendiendo un software para crear perros pastores robot. Es solo una visión de lo que su plataforma puede hacer. Pero eso nos plantea la pregunta: ¿Un perro pastor robot tiene sentido para un pastor profesional? The Verge se lo ha preguntado a James Rebanks, un pastor inglés y escritor que ha narrado en un libro toda una vida cuidando a las ovejas.

Rebanks asegura que un pastor no necesita un robot, y tampoco podría pagarlo. ¿Por qué usar un robot si un perro pastor no cuesta nada, y no consume electricidad?

Además asegura que los robots no tienen las habilidades motoras necesarias para el puesto: “Dirigir a las ovejas no es ir detrás de ellas. El perro tiene que hacer lo que le dice su controlador, y en algunos casos es el propio animal el que decide. Un pequeño giro a izquierda o derecha de solo unos centímetros puede hacer que una oveja cambie de dirección, y el perro incluso aprende a conocer la personalidad de cada oveja”.

James Rebanks está convencido de que un robot no puede simular el ancestral miedo que la oveja le tiene al perro, la relación depredador / presa.

“La oveja obedece porque el ojo del perro la intimida, el miedo ancestral de ver al perro como un depredador que podría morderla con sus dientes si no obedece”, continúa. “La oveja es inteligente. En el video se ve que simplemente se apartan del robot porque no lo conocen. Pero en una semana se estarían riendo de él. No lo verían como una amenaza”.

Tecnología vs. tradición. Una rivalidad que, en el caso de los robots, no ha hecho nada más que empezar…

Fuente: computerhoy.com