“Si mañana no existieran los cultivos transgénicos en el mundo se moriría de hambre una tercera parte de la humanidad”, advierte Luis Montero, coordinador de Ciencias Naturales y Exactas de la Academia de Ciencias de Cuba, en ‘Entrevista’, de RT.
El Doctor en Ciencias Químicas asegura que no hay causas ignotas en los transgénicos y hoy podemos predecir prácticamente cualquier daño que puede ocurrir en el futuro. Incluso pide a los agroecólogos adoptar estos cultivos seguros para hacer más productivas y sustentables sus granjas.
En una nueva edición de ‘Entrevista’, de RT, el coordinador de Ciencias Naturales y Exactas de la Academia de Ciencias de Cuba, Luis Montero, ofreció su opinión respecto al uso de transgénicos en la producción de alimentos: “El debate surge de la no completa comprensión acerca de qué estamos tratando”, comenzó.
“Los seres humanos, desde que aparecimos en la Tierra, estamos creando organismos transgénicos. Hemos seleccionado seres vivos para facilitar la procreación de los que más nos convienen“, pero desde que aparecieron las técnicas biotecnológicas se sabe qué se está haciendo, destacó este especialista.
Respecto a las críticas de otros científicos y diferentes organizaciones ecologistas, Montero hizo hincapié en que se puede tener “la mejor intención del mundo” pero, si no se hace “un estudio ecológico del entorno” y no se valoran las posibles “consecuencias negativas”, se puede provocar un perjuicio.
En cualquier caso, “el daño no es del procedimiento científico, sino de la irresponsabilidad” de quien lo aplica. Para reforzar su argumento, apuntó que “entre el 90 % y el 95 % de las principales cosechas del mundo (maíz, algodón, soya) son transgénicas y no ha ocurrido una catástrofe ecológica“.
“Eso de que en el futuro se sabrá que pueden hacer los transgénicos, absolutamente no. Tu sabes perfectamente que puede y no puede ser tóxico. Son muy pocas las cosas que tu te lanzas sin saber que puede pasar. Hoy en día el conocimiento que se tiene es suficiente como para predecir practicamente cualquier daño que puede ocurrir en la acumulación de sustancias extrañas. Y [los transgénicos] no producen sustancias extrañas definitivamente” explicó el experto.
Un futuro inviable sin transgénicos y tecnología agrícola
Respecto a la posibilidad de cambiar la matriz productiva y pasar a un modelo agroecológico, Luis Montero fue categórico: “En estos casos, pretendo ver a quién beneficia y a quién perjudica. Si tu pretendes defender la humanidad, tienes que defender que toda la humanidad se alimente“, sentenció.
Al ser consultado sobre ONGs como Greenpeace que se oponen a esta tecnología, Montero afirmó que “si tu pretendes defender determinadas creencias, tendencias o determinadas convicciones que todo el mundo tiene derecho a tenerlas siempre que no perjudiquen a nadie, pueden estar detrás de estos”. “Es muy hermoso el mundo lo más natural posible. Pero yo he conocido casos por ejemplo de un simple trabajador en el área química de una universidad latinoamericana; fue asesinado porque se suponía que esa facultad de química estaba promoviendo a personas que formaban productos químicos que eran dañinos al ser humano.”
“Si no hubiera productos químicos que defendieran a la humanidad de las plagas y que procuraran captar nitrógeno de la atmósfera para alimentar a la gente, no existiríamos tres cuartas partes de la humanidad que existe en este momento” agregó.
Este químico aún más duro fue al asegurar que “es dañino cualquier proceso de negación de la tecnología”, ya que “pretender que es más sano vivir como se vivía en las cavernas no es nada progresista“. Además, “si mañana no existieran los cultivos transgénicos en el mundo, se moriría de hambre una tercera parte de la humanidad“.
El experto consideró que no estar de acuerdo con “políticas monopólicas” no quiere decir estar “en contra de la tecnología”, porque si una transnacional “implanta determinadas tecnologías sobre bases de engaño o estafas, o conocer a priori daños y no decirlo… el hecho de que eso exista no quiere decir que yo deba ir contra la tecnología”.
En respuesta al periodista si es que renunciar a los transgénicos sería entonces una utopía, Montero respondió que “renunciar a los transgénicos no es una utopía, es una barbaridad” que podría “provocar guerra y generar condiciones de inhabitabilidad en el mundo“. “Si mañana se dejará de producir nitrógeno por [el proceso de] Haber y Bosch, y se eliminaran los transgénicos, la humanidad tendría que reducirse a 1.000 o 1.500 millones. ¿Y esas muertes quien las paga? Por que son muertes por hambre. Son miles de bombas atómicas renunciar a la ciencia y tecnología en ese sentido.”
La agroecología necesita transgénicos
Al ser consultado sobre la posición contraria de los agroecologista a los OGMs, y su desacuerdo con el uso de insumos y pesticidas sintéticos en agricultura convencional, Montero afirma que “Para producir los alimentos que 100 agroecólogos pueden producir en condiciones agroecológicas, dos granjeros adecuadamente preparados y advertidos de los desbalances que pueden causar, pueden producirlo igualmente. Las relaciones son cuantiosas”.
“Yo diría que lo mejor sería que la agricultura agroecológica también asimile las nuevas tecnologías y pueda hacerse más productiva, incluyendo los transgénicos, porque quizás sabrían hacer las cosas mejor que los granjeros que le compran la tecnología a una transnacional.”
Remarca que “no hay una contradicción entre una buena agroecología y los organismos genéticamente modificados, no hay contradicción alguna. Úselos por favor.” Agrega que “cualquier agroecólogo que selecciona la mejor semilla para mango o papa, ese agroecólogo esta haciendo uso de la ciencia y tecnología; esta seleccionando artificialmente, no naturalmente un determinado organismo“.
Comunicación pública de la ciencia
En el bloque final de la entrevista Montero es consultado por el aparente fracaso de la comunidad científica (no ligada a empresas ni transnacionales) en revertir la opinión pública negativa sobre los transgénicos. “Yo pienso que lo científicos no estamos demasiado preparados para ser comerciantes o productores, los científicos estamos preparados para producir conocimiento. Lo que muchas veces falla es la vinculación entre nuestra producción de conocimiento y los mejores intereses productivos y económicos por el bien de la humanidad. Estos han estado siempre en manos de las personas que pretenden enriquecerse, no de quienes pretenden crear bienestar para todos.”
“Nosotros como científicos producimos el conocimiento, y cuando tenemos estas ideas, no somos capaces ni estamos preparados… ni siquiera debemos ser los que lo deben hacer. Debería haber organizaciones populares, estatales que sin interés de lucro promovieran la generalización de estos logros. Existen también en el mundo comercial fundaciones que hacen estas cosas sin interés de lucro“, opina al respecto.
“De los [+140] Premios Nobel que firmaron el famoso documento que creó una discusión en este asunto, yo conozco a algunos, y son personas con una ética prístina, con formidable conocimiento del mundo, y lo firmaron responsablemente. Yo no conozco que ninguno de ellos sea un negociante o que busca el lucro con el conocimiento, todo lo contrario. El premio que les dieron cuando fueron Premio Nobel es quizás lo que gana en un día uno de los grandes comerciantes que lucra con los conocimientos tecnológicos” finalizó.
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