Los países de la UE apoyan normas más flexibles para los cultivos modificados genéticamente


Los países de la UE acordaron impulsar planes para aliviar las restricciones actuales sobre algunos cultivos editados genéticamente, una medida respaldada por grupos de agricultores pero a la que se oponen los ambientalistas.


Los representantes de los 27 países del bloque respaldaron, con algunos cambios, una propuesta de la Comisión Europea que apunta a permitir un uso más amplio de plantas obtenidas mediante las llamadas nuevas técnicas genómicas (NGT).

«La propuesta pretende impulsar la innovación y la sostenibilidad en el sector agroalimentario, contribuyendo al mismo tiempo a la seguridad alimentaria y reduciendo las dependencias externas», afirmó el Consejo Europeo en un comunicado.

El Consejo tendrá ahora que negociar el texto final con el Parlamento Europeo, y se espera que el etiquetado y las patentes estén entre los temas más polémicos.

Los planes para flexibilizar las normas actuales sobre organismos genéticamente modificados (OGM) fueron presentados por primera vez por la comisión en 2023.

Los defensores dicen que algunas NGT sólo aceleran modificaciones genéticas que podrían haber surgido de manera natural o mediante procedimientos de cruzamiento tradicionales, lo que justifica una regulación más laxa.

La comisión argumentó que las NGT podrían ayudar a producir cultivos que requieran menos pesticidas, estén mejor adaptados al cambio climático y necesiten menos agua.

La idea fue ampliamente respaldada el año pasado por el Parlamento Europeo, que votó a favor de la creación de dos categorías de plantas de NGT.

Las plantas NGT 1, consideradas equivalentes a sus variedades naturales, quedarían liberadas de las normas de autorización, etiquetado y seguimiento de los OGM.

Todas las demás plantas NGT entrarían en la categoría NGT 2, que en su mayor parte permanecería bajo las restricciones de OGM.

Debate espinoso

El viernes los Estados miembros acordaron el contenido de la propuesta, con algunas modificaciones.

Estas medidas incluyen permitir a los Estados miembros prohibir el cultivo de NGT 2 en su territorio y crear un «grupo de expertos» sobre el efecto de las patentes en las plantas de NGT.

La propuesta fue aprobada por una estrecha mayoría, según diplomáticos.

Los grupos ambientalistas lo criticaron porque dijeron que la desregulación favorece a las grandes corporaciones e ignora los peligros potenciales para el medio ambiente.

«Los gobiernos de la UE han votado a favor de los beneficios de un puñado de grandes corporaciones, en lugar de proteger el derecho de los agricultores y los consumidores a la transparencia y la seguridad», afirmó Mute Schimpf, de Amigos de la Tierra Europa.

«Han reducido a cero la supervisión regulatoria y eliminado la responsabilidad por nuevos OGM no probados, apostando por promesas vacías para plantas que aún ni siquiera existen».

Pero el grupo paneuropeo de agricultores Copa-Cogeca celebró la decisión.

«Podría revitalizar la producción europea de semillas y ofrecer nuevas oportunidades a los agricultores y las cooperativas al proporcionar acceso a variedades de cultivos más resistentes a las sequías y las enfermedades, al tiempo que mejora los rendimientos y reduce el uso de insumos», dijo el grupo.