Por medio de un chip y otros elementos tecnológicos, esta herramienta, denominada “Animal”, permite monitorear las reses desde que nacen o se compran hasta que reciben las vacunas, además de su estado de salud, alimentación y sacrificio.
El software identifica individualmente al ganado bovino y por medio de un sistema de información hace un completo seguimiento de toda la vida del animal para estar al tanto del estatus sanitario que mantiene Colombia.
Henry Vargas de los Ríos, administrador de sistemas informáticos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales y desarrollador del software, explica que el uso de estos modelos incidirá en el aumento de la productividad y competitividad de las compañías o los individuos para desarrollar métodos avanzados de información aplicados a la agricultura y la ganadería.
El chip se inserta en el estómago de la res desde que nace y se queda allí hasta su sacrificio. Este pequeño circuito integrado envía señales a las estaciones de lectura remota (antenas), ubicadas en cada uno de los potreros de la finca y en sitios estratégicos como la pesa o el establo.
“La información obtenida de cada una de las cabezas de ganado se registra en un servidor instalado en un software, lo que permite saber cuántas raciones de comida ingirió cada vaca, los litros de leche que produjo, si fueron más o menos que el día anterior, conocer el estado de salud y establecer un control de peso y de natalidad”, explicó el investigador Vargas.
Así mismo, a través de diferentes sensores se procesan los datos y se traducen en información útil como geolocalización, patrones de comportamiento, alertas y optimización de recursos. Además, los usuarios pueden interactuar entre sí para resolver problemas de manera inmediata y eficiente.
Lo disruptivo del modelo es que permite monitorear el ganado en tiempo real, contar con geolocalización del animal, mejorar la eficiencia dentro de la cadena de producción y darle mayor valor al producto final.
Saber hoy dónde estuvo el animal desde su nacimiento, en qué lote y cómo se alimentó y qué trato recibió, si tuvo alguna enfermedad o poder detectar alguna dolencia temprana, entre otros aspectos, hace que el productor mejore sustancialmente el bienestar de sus animales y los índices productivos.
“Toda esta información, hasta ahora imposible de concentrar en un solo lugar, es procesada por algoritmos de inteligencia artificial y nos permiten ir descubriendo patrones que en el futuro cercano van a marcar los estándares de la ganadería”, detalla el investigador.
Agrega que “se puede saber, además, cuántas raciones de comida consumió cada vaca, los litros de leche que produjo, si fueron más o menos que el día anterior, conocer el estado de salud y establecer un control de peso y de natalidad”.
También almacena datos genéticos del animal, como por ejemplo la detección temprana de enfermedades como mastitis, el tiempo de madurez de preñez del animal o el tiempo de secado de la leche, y calcula la fecha exacta de inicio y terminación de producción, convirtiéndose en una herramienta de ayuda para el mayordomo.
El dueño de un hato que implemente los servicios de “Animal” contará con un paquete que ofrece la plataforma tecnológica, compuesta por chips para cada uno de los semovientes de la finca, antenas para cada potrero, un sistema de medición de leche automático que convierte de kilos a litros y la capacitación al mayordomo, quien es entrenado para que maneje el software y aproveche las ventajas que le trae estar apoyado en el sistema.