El biocuero puede reemplazar al cuero animal, tradicionalmente utilizado en la industria textil
UNAL/DICYT Un producto que suele ser arrojado a la caneca de la basura o a las plantas para que sirva de abono, como la borra o cuncho del café, se convierte en materia prima, junto con el almidón de yuca, para elaborar un biocuero, o cuero natural, en aras de reemplazar el cuero animal, tradicionalmente utilizado en la industria textil. Con el material obtenido se podrían hacer pretinas de correas, capelladas de sandalias y bolsos.
La propuesta de cinco estudiantes de Ingeniería Biológica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz busca suplir la necesidad excesiva de obtener cuero animal, que deja una huella ecológica significativa por sus contaminantes, además de que utiliza grandes cantidades de agua para su elaboración.
“Todos conocemos el cuero como un material fuerte, duradero y versátil, ¿pero alguna vez nos hemos detenido a pensar en el proceso necesario para convertir la piel de animales en zapatos, bolsos u otros elementos de cuero?”, señala el ingeniero físico Jaime Pérez Taborda, docente y director Académico de la UNAL Sede de La Paz.
Agrega que, “aunque la fabricación de cuero tiene una tradición de más de 7.000 años, en su forma actual es una práctica insostenible debido a sus elevados costos ambientales en el proceso de curtiembre, es decir en transformar en cuerola piel de un animal muerto”.
Aunque la mayoría de las personas creen que el cuero es un subproducto de la industria cárnica, según la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, el 99 % del cuero proviene de animales criados para la producción de carne o lácteos.
Al hablar del impacto ambiental del cuero no se pueden ignorar los efectos que la ganadería intensiva genera en el planeta: deforestación, uso excesivo y tenencia desigual de la tierra, además del consumo de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero que se suman al calentamiento global.
Investigadores de la Universidad Tecnológica Nacional de Taipéi (China) señalan en un estudio –cuyos resultados se publicaron este año– que la huella de carbono del cuero bovino oscila entre 65 y 150 kg de CO2 por metro cuadrado. Teniendo en cuenta que cada año se producen más de 2.000 millones de m2 de cuero, este es un pasivo ambiental enorme.
En este escenario los biotextiles son una propuesta viable como material sustituto del cuero, máxime si se piensa con un enfoque biodegradable y de economía circular.
“La idea es reemplazar el cuero animal por este material 100 % biodegradable. Sin embargo, la elaboración de prototipos de biocuero aún se encuentra en estudios e investigaciones”, explica Daneila Guevara Pimienta, una de las creadoras de este proyecto.
Los estudiantes de Ingeniería Biológica pensaron en algo que fuera natural, con material orgánico de origen vegetal y que estéticamente fuera agradable a la vista, y también comercial. Como primera muestra hicieron un bolso pequeño decorado con detalles en croché, para confirmar que fuera útil.
El cuero natural que utilizaron está conformado por: 84 % de almidón de yuca (que actúa como aglutinante, goma o compactador), 11 % de borra de café, 4,99 % de glicerina y 0,01 % de cloruro de calcio.
Oportunidad sostenible y económica para la región
Con más de 1,5 millones de cabezas de ganado, Cesar es reconocido en Colombia como uno de los principales hatos ganaderos del país.
“Pensar en emprendimientos de biotextiles en la región nos permite aprovechar esta oportunidad de darle un valor agregado al sector del cuero, ofreciéndole al mercado internacional productos social y ambientalmente responsables”.
“Además, dado que en el Cesar se cultiva café y yuca, vimos que era fácil disponer de estos elementos para este proyecto, que ha sido la oportunidad de implementar lo aprendido en la clase de Operaciones de Transferencia de Calor y Movimiento”, indica la estudiante Guevara.
Por su parte, Lorens Melissa Castilla Calderón, también integrante del grupo, asevera que “queremos ofrecer un producto que cuente con buena resistencia mecánica y sea a bajos precios”.
Además de las estudiantes Guevara y Castilla, en el proyecto participaron Dariens Isaac Pérez Díaz, Sara Elena Vizcaíno Corrales y Yeimi Hernández, quienes mencionan que es posible utilizar este material para pretinas de correas, capelladas de sandalias y bolsos.
Proyecciones
El profesor Pérez menciona que “estos proyectos dentro del aula reflejan cómo pasamos del aula convencional y del laboratorio demostrativo al aula-laboratorio territorial extendido de aprendizaje, en el que la creación, innovación, apropiación y transferencia de conocimiento aportan a la transición productiva de la región”.
El prototipo de biocuero ha inspirado nuevas ideas, entre ellas la de utilizar el material como una matriz contenedora de semillas en forma de envases de un solo uso o bioplásticos degradables que permitan aportar al proceso de restauración del bosque seco tropical, o reforzar el biocuero con fibras naturales de frutas de la región como corozo y mango de hilacha y fique.