Identifican actividad genética asociada a la productividad del cultivo de maíz


Científicos estadounidenses del laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL, por sus siglas en inglés) han identificado una relación entre el rendimiento de los cultivos en la planta de maíz y la actividad genética específica asociada con una de las vías metabólicas de la planta. 




El descubrimiento tiene implicaciones para el fitomejoramiento, lo que potencialmente abre la puerta a plantas de maíz cada vez más resistentes y de mayor rendimiento.

Las mazorcas de maíz normalmente no se ramifican y forman una mazorca recta. Sin embargo, los mutantes de maíz que no tienen el gen RAMOSA3 terminan con ramificaciones de aspecto retorcido. El profesor David Jackson y su equipo han vinculado el gen RAMOSA3 a la ramificación, lo que puede afectar en los rendimientos del maíz. Cuando una planta de maíz tiene demasiadas ramas gasta más energía y por tanto es menos productiva. Más ramas a menudo significa rendimientos más bajos.

El profesor Jackson y su equipo plantearon inicialmente la hipótesis de que la enzima que codifica RAMOSA3, llamada TPP, y un fosfato de azúcar llamado T6P en el que actúa el TPP, probablemente eran los responsables de la ramificación. En un giro sorprendente, encontraron que un gen relacionado, TPP4, también ayudaba a controlar la ramificación pero el efecto de ese gen no estaba relacionado con su actividad enzimática.

Para dar seguimiento a esto, bloquearon solo la actividad de la enzima asociada con RAMOSA3  y no el gen en sí y obtuvieron las mazorcas de maíz de aspecto normal. Esto indica que, aunque RAMOSA3 controla la actividad de la enzima, la actividad de la enzima no es responsable de la ramificación. Por lo tanto, el gen puede tener una actividad oculta. Este descubrimiento es un punto de partida para futuras investigaciones.

Más información en la web del CSHL.