El descubrimiento de un nuevo gen que ‘supervisa’ la maduración de la fresa



España cuenta con la tasa de producción de fresa más alta de Europa y, para mantener este sector económico clave, siempre está buscando utilizar herramientas de innovación e investigación para mantener esta posición dentro del mercado de la fresa.


por la Universidad de Córdoba


Esta es la misión en la que el grupo de investigación de Biotecnología y Análisis de Fármacos de la Universidad de Córdoba juega un papel importante. Estudian la maduración de la fruta de fresa , analizando los genes relacionados con la calidad de la fruta en términos de color, firmeza, aroma, sabor y textura, buscando el mejor producto para comercializar.

En el proceso de este esfuerzo de investigación para mejorar las características y propiedades organolépticas de esta baya, han descrito un gen que juega un papel muy importante en la regulación del proceso de maduración. Este es un factor de transcripción (FaPRE1), que es el gen encargado de traducir la señal genética y hacer que los genes para el color, el aroma y otras características se expresen específicamente.

El desarrollo de la fresa está controlado por dos hormonas maestras: ABA, que determina el momento en que comienza la maduración (con cambios de color, aroma e hidratación); y las auxinas, que están a cargo del crecimiento, lo que significa que estas hormonas son las que deciden cuándo las fresas alcanzan el tamaño, color y sabor correctos para su comercialización. La importancia del gen recientemente descrito radica en su papel como centinela del proceso de maduración, ya que su trabajo de regular la expresión es doble: cuando llega el momento de madurar, logra silenciar los genes de desarrollo (auxinas) y comenzar la expresión de la maduración. genes (ABA).

De esta manera, el gen recién descrito aparece repentinamente cuando va a comenzar la maduración y se asegura de que solo se activen los genes de maduración (hasta 600 diferentes), lo que hará que la fruta tenga aromas, colores y sabores que la harán atractivo para ser comido y difundir sus semillas. Al final, todo se reduce a la autoperpetuación de la especie.

Este gen, descrito en el artículo publicado por los investigadores Laura Medina, Félix Martínez, Francisco Javier Molina, José A. Mercado, Enrique Moyano, Antonio Rodríguez, José Luis Caballero, Rosario Blanco y Juan Muñoz (líder del grupo de investigación), se considera atípico porque necesita trabajar en equipo para lograr la transcripción de genes . En otras palabras, tiene la posibilidad de mejorar y silenciar los genes cuando se trabaja con otro factor de transcripción básico que tiene la función de unirse al ADN.

Con la caracterización de este gen, el grupo da un paso más hacia el logro de un mapa de regulación genética importante. Para completarlo, están estudiando un conjunto de genes reguladores que completará el mapa.

En lo que respecta a la comercialización y asegurar que España continúe siendo el líder en el campo de la producción de fresas, este avance ayudará a encontrar marcadores específicos que permitan identificar plantas con mejores características genéticas.