Cáscara de papa, opción de tratamiento de enfermedades cardiovasculares


Una dieta enriquecida en cáscara de papa disminuiría la agregación plaquetaria, es decir el proceso de formación de trombos en la sangre y que puede ser de interés y complemento en el manejo de enfermedades cardiovasculares y en la búsqueda de alternativas terapéuticas.



En la actualidad, el uso más frecuente de los fármacos antiplaquetarios es en la prevención primaria o secundaria de la trombosis arterial, especialmente del infarto agudo de miocardio (IAM), en el que las plaquetas, ante la ruptura o erosión de las placas ateroscleróticas en las arterias coronarias, se agregan formando un trombo que obstruye la circulación sanguínea.

Sin embargo, durante las últimas décadas una parte importante de la población mundial se ha interesado tanto por emplear sustancias naturales para el tratamiento de enfermedades –apoyado por la percepción que se tiene en cuanto a la nocividad de sustancias de origen sintético–como por el conocimiento de que la mayor parte de los medicamentos que se conocen hoy provienen o se fundamentan en sustancias naturales, y en especial del reino vegetal.

Así lo detalla la investigación de David Camilo Borda Castillo, magíster en Ciencias – Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la cual se realizó un diseño experimental basado en un estudio cruzado (controlado) con una duración de 25 días y la participaron de 12 voluntarios sanos, y a los cuales se les administró durante 7 días consecutivos una dosis de 2 gr/kg vía oral de cáscara de papa cocida, de la variedad pastusa, y durante 7 días consecutivos una dosis de 100 mg de ácido acetilsalicílico, con un periodo de lavado farmacológico entre cada tratamiento de 10 días.

Beneficios de la papa

“Para nuestro estudio escogimos la papa de la especie Solanum tuberosum, utilizada tradicionalmente por poblaciones campesinas e indígenas, quienes le han atribuido diferentes aplicaciones terapéuticas, por lo que se tuvo en cuenta la información ancestral y estudios previos en los que se evaluaron esas características”, señala el investigador Borda.

Este tubérculo, consumido en prácticamente todo el mundo, es el protagonista de varios estudios que han demostrado tanto las propiedades nutricionales como farmacológicas de la especie S. tuberosum, dentro de los cuales se menciona su efecto hipotensor y antioxidante, además de ayudar con la disminución del peso corporal y de los niveles de colesterol, mejorar la actividad antiplaquetaria y el posible efecto anticancerígeno.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) y su principal causa, la aterotrombosis, son los principales culpables de la morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Además del tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular y el uso de agentes antitrombóticos, existe un interés considerable en el papel de los productos alimenticios naturales y sus componentes bioactivos en la prevención y el tratamiento de los trastornos cardiovasculares.

Según la investigación del magíster Borda, el efecto antiagregante de plaquetas de la papa se debe a varios de los metabolitos presentes en la cáscara de este tubérculo, y en especial a los polifenoles como los ácidos caféico y clorogénico, los cuales interfieren en unas de las vías de agregación plaquetaria, impidiendo la formación de más plaquetas.

“Cuando hay algún tipo de lesión en la piel, a través de diferentes mediadores se forman plaquetas que a su vez promueven la formación de trombos y lo que hacen el ácido caféico y el ácido clorogénico es evitar esa formación”, explica.

No obstante, el investigador también aclara que, si bien el consumo de cáscara de papa puede contribuir a mejorar estas patologías cardiovasculares, se debe tomar como complemento y no como único tratamiento.(Por: fin/SMC/LMZ/LOF)