Aceite de moringa, fuente de oportunidades productivas


La cantidad de aceite que se puede extraer de las semillas de Moringa oleifera y su calidad, por el alto contenido de ácidos grasos insaturados –omega 9–, tocoferoles y vitamina E, postulan a esta planta como alternativa nutricional y agroindustrial.



En promedio, por cada kilogramo de semillas de moringa se podrían obtener cerca de 354 g de aceite, un indicador importante frente a los 200 g/k de aceite de oliva que se obtiene de las aceitunas.

Así lo asegura Ginna Alejandra Ordóñez, candidata a doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, quien sostiene que el buen rendimiento de la extracción mecánica de aceite de las semillas de moringa permitiría escalar esta actividad a nivel industrial en Colombia.

Este aceite tiene un contenido de 69,8 % de ácidos grasos insaturados, principalmente de ácido oleico (omega 9), importante por ser resistente a procesos de degradación y favorecer la conservación de propiedades nutricionales como las proteínas, grasas, almidones y antioxidantes en concentrados, explica.

“La moringa es muy cultivada en India, y de manera no muy extendida en las zonas tropicales de América. Aquí se suelen aprovechar sus hojas para propósitos medicinales y para alimentación de ganado, por su alto contenido en proteína. Sin embargo el fruto es poco reconocido y utilizado, lo que nos llevó a indagar el potencial, particularmente de las semillas”, comenta la ingeniera agroindustrial.

En Colombia la moringa se cultiva especialmente en Santander, Norte de Santander; en las zonas secas y húmedas de la costa Caribe; en el alto y medio valle del Magdalena; en Cundinamarca y en el Valle del Cauca. “Es un cultivo con gran capacidad de estar presente en diferentes tipos de suelos y alturas entre el nivel del mar y los 1.600 m”, afirma el profesor Sanín Ortiz Grisales, de la U.N. Sede Palmira, quien lideró el estudio desde el Programa de Mejoramiento Genético de Hortalizas de la U.N. Sede Palmira, dirigido por el profesor Franco Alirio Vallejo.

El aceite de moringa, también conocido como aceite de Behen en Madagascar, se puede utilizar para el consumo humano y para elaborar fármacos que mejoren la digestión y la hidratación de la piel. También sirve como suplemento para animales, con el fin de alcanzar su balance nutricional y las calorías necesarias durante la producción pecuaria.

Variabilidad en fincas

Para la investigación se colectaron frutos sobre el árbol y en el suelo de 30 fincas diferentes del Valle del Cauca, en municipios como Candelaria y Florida. Con este proceso se buscaba obtener una mayor variabilidad genética en los frutos colectados, frente a potenciales procesos de mejoramiento del cultivo. “Entre los lugares que recorrimos se identificaron diferencias en las condiciones de cultivo, que pueden aportar características de interés al realizar selección o cruzamientos de plantas destacadas por su composición de aceite”, cuenta la ingeniera.

Las semillas se cultivaron en el Centro Experimental de la U.N. Sede Palmira (Ceunp). De la primera cosecha se colectaron frutos y se realizaron mediciones de longitud y ancho, número de frutos por rama, número de semillas y peso. Después las semillas se limpiaron, trituraron y tamizaron.

“Utilizamos 2,5 g del material para hacer la extracción por Soxhlet, que es disponer la semilla en solventes en un laboratorio, con el fin de obtener extracto etéreo, compuesto por aceite y pigmentos como carotenos, entre otros. Con este procedimiento se determina la composición inicial del aceite”, explica.

Además, a través de un extractor mecánico tipo Expeler, que separa el aceite de la “torta de la semilla”, se determinó el rendimiento real de extracción de aceite de moringa para uso industrial.

A partir de ello se encontró que de cada árbol de moringa se podrían obtener en promedio 1,8 k de aceite por cada una de las dos cosechas que esta planta logra al año.

“En Colombia logramos actualizar el potencial de la semilla, lo cual es importante para establecer posibles caminos productivos de un cultivo que no ha sido aprovechado industrialmente”, declara la experta.

Esta investigación formó parte del trabajo de grado la zootecnista Brigitte Hadiye Bastidas Moreno, de la U.N. Sede Palmira.